Red de Centros Culturales de AECID

Un modelo distinto. Un modelo nuevo. La Red de Centros Culturales de la AECID se ha ido configurando con el tiempo como un nuevo modelo de centro cultural, con unas características propias. No son centros dedicados solo a la promoción de la cultura española, sino destinados a apoyar a los creadores y a las industrias culturales locales, formando parte de ese tejido y constituyéndose en un polo de desarrollo para el país. Son también centros dedicados a fomentar la cooperación cultural entre los países en que están presentes, a acercar sus culturas y a sus creadores. Y el origen de todo tiene que ver mucho con la evolución, ahí está el germen de cuanto vino después. Porque el hecho de que la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas, a la que pertenece la Red de Centros, se integrara en la AECID, implicó que España fuera de los primeros países que consideraron la cultura como un elemento clave del desarrollo, que elaborara una estrategia de cultura y desarrollo, y que entendiera esos centros culturales como uno de los principales instrumentos para la implementación de sus programas. Por eso han servido también como vehículos de otras políticas de desarrollo no estrictamente culturales, incorporando las cuestiones de género, medioambiente, LGBTI, o pueblos indígenas, a sus programaciones, desbordando muchas veces las fronteras de lo que entendemos por un centro cultural, ensanchando sus objetivos y sus actividades. Y al hacerlo desde la cultura, desde la perspectiva cultural, han sido útiles también para implementar esas políticas que forman parte del núcleo duro de la Cooperación Española, desde otro ángulo, con otra mirada. La Red de Centros ha hecho además honor a su nombre, trabajando en red con los otros, sirviendo también de puente entre los sectores culturales de los países en los que trabaja, tejiendo, en todos estos años, un tupido entramado de contactos entre profesionales españoles y de los lugares donde los centros están, creando trama.

Actualmente se encuentra presente en 15 países y está compuesta por 18 Centros Culturales (16 en América Latina y 2 en Guinea Ecuatorial). La distribución geográfica de la Red hace patente en su conformación la relevancia de los vínculos históricos, culturales e idiomáticos entre las regiones en las que está presente y España.

La cultura es considerada por la AECID un factor clave para el desarrollo humano sostenible, la erradicación de la pobreza, la construcción activa de la paz y el ejercicio pleno de los derechos de una ciudadanía global. En este marco, la Red de CCE, dependiente de la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas (DRCC), trabaja para fortalecer el potencial de la cultura en la consecución de un mundo sostenible para todos.

La Red de Centros Culturales en el marco de la Agenda 2030

La implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Asamblea General de la ONU, 2015), como marco de referencia del Gobierno de España —y, muy especialmente, de la Cooperación Española— invita a una reflexión profunda sobre el papel que juega la Red de CCE en el contexto de las políticas de cooperación de nuestro país.

Desde hace tres décadas, pero de manera más decidida a partir de la publicación de su Estrategia de Cultura y Desarrollo en 2007, la CE ha defendido y trabajado firmemente en la necesidad de insertar la cultura en clave de desarrollo en la agenda internacional, desde la convicción de que resulta fundamental en la construcción de una ciudadanía global que se enfrenta al desarrollo desde un punto de vista integral.

Esta visión es compartida por la Agenda 2030 pues, aunque no hay una mención expresa a la cultura en los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), ésta subyace en todo el texto, de manera implícita en muchas de las metas y en la propia declaración inaugural.

En el caso español, al asumir el mandato para la implementación de la Agenda 2030, el Gobierno presentó en 2018 un Plan de Acción que persigue poner en marcha una Estrategia de Desarrollo Sostenible que consolide el compromiso de España con la agenda global. Entre las diez medidas transformadoras planteadas, hay dos de especial relevancia para la actuación de los CCE (la I y la V). Con la Medida I se pretende que la Agenda 2030 se convierta en uno de los pilares fundamentales de la acción exterior española, y con la V se sitúa a la acción cultural como elemento clave para la transformación, difusión y apropiación de la Agenda.

Este es el contexto en el que se enmarca actualmente el trabajo de los Centros Culturales. En los próximos años, la Red se focalizará en convertir dicho mandato en acciones clave de apoyo a la Agenda, entendiendo la cultura en sentido amplio, como un ejercicio de la solidaridad para alcanzar una mayor igualdad en los escenarios globales. Ese acercamiento debe hacerse desde el respeto y el fomento de la diversidad cultural, entendida como el gran patrimonio de la humanidad, y desde el apoyo a la participación en la vida cultural como ejercicio para el desarrollo humano sostenible. Asimismo, resulta necesario que desde la Red de CCE se contribuya a generar un discurso integral que permita abrir la puerta a otros enfoques, como la inclusión, la diversidad de género, el medioambiente, la cultura de paz o la innovación, tanto de la ciudadanía como de la propia Cooperación.