Historia

La historia del CCESD guarda un vínculo fascinante con la historia del Santo Domingo primigenio. De hecho, para rastrear los orígenes del hermoso edificio que aloja su sede, es preciso retroceder hasta 1502, el año en que Fray Nicolás de Ovando fundó la ciudad y un joven natural de Huelva llamado Hernando Gorjón arribó a la isla. En poco tiempo, este ambicioso onubense hizo fortuna con la explotación de un ingenio azucarero. Como no tuvo descendencia, Gorjón decidió legar sus bienes para la fundación de un colegio. En 1540, esta institución recibió la autorización real para la enseñanza de dos cátedras gratuitas y, poco después, en 1558, fue elevada a la categoría de universidad con el nombre de Santiago de la Paz. En sus aulas leyó cátedra don Cristóbal de Llerena, autor del Entremés, considerada la primera obra dramática escrita en América.

Entre los siglos XVII y XVIII, el Colegio de Gorjón fue convertido en seminario, convento y cuartel de milicias. Finalmente, resurgió como universidad en manos de la orden de los jesuitas. Sin embargo, este renacer se interrumpió de manera abrupta en 1767, cuando el rey Carlos III expulsó a la orden religiosa de todos sus dominios. Con el transcurrir del tiempo, el edificio, situado muy cerca del mar Caribe y la desembocadura del río Ozama, acabó en ruinas.

A mediados de 1970, durante una visita del entonces presidente del Instituto de Cultura Hispánica (ICH), don Alfonso de Borbón, el Estado dominicano consideró conveniente la restauración del antiguo colegio para convertirlo en sede del Instituto Dominicano de Cultura Hispánica (IDCH). En 1987, durante el proceso de traspaso a la AECID, se adquirió el edificio colindante, un inmueble de principios del siglo XX que hizo posible la ampliación de las oficinas administrativas del IDCH y, por consiguiente, la liberación de espacios del Colegio de Gorjón, que fueron destinados para salones y otras áreas expositivas. La unión de estos dos edificios fue diseñada de tal manera que pudiera percibirse como un solo equipamiento cultural. En aquella época, la prensa dominicana distinguía al IDCH como un ente cuya principal vocación consistía en “acoger, proteger, promover y difundir las diversas manifestaciones de las culturas españolas y dominicanas”. Tres años después, la Agencia decidió cambiar la denominación Instituto Dominicano de Cultura Hispánica, primero por Centro Cultural Hispánico (CCH) y, al final, por su actual nombre: Centro Cultural de España en Santo Domingo.